Capitulo 12 parte 3
FLASHBACK
Ya entradas las 3:00 a.m. escucharon la puerta raspar contra el piso lo cual los interrumpió. Ya se les había olvidado en qué situación estaban.
Risas de parte de los bromistas con algunas bebidas de más.
-¡Alex!
-¿Pablo?—susurro él. Valentina sintió a Alexander moverse. Ella también se paró.
-Quédate aquí y no hables—puso su mano sobre su desnudo pecho para detenerlo.
Se movió hacia la puerta. Vio a dos chicos riendo y ellos se sorprendieron al verla.
-¡Hay gracias!
-¿Eh?
-Me había quedado aquí encerrada.
-¿Y Alex?
-¿Quién?—dijo ella fingiendo haber estado sola. El entendió lo que ella planeaba.
-¿Se fue?—hablaban entre ellos. Se veían confundidos.
-¡Quédate aquí!—susurro antes de salir esperando que él la escuchara. Si la escucho.
Valentina los empujo adentro y cerró la puerta tras de sí, esta vez tratando de no cerrarla por completo.
-¿En dónde estabas? Ya casi es hora del numerito ese del pastel y eso que te preparo Marce—le dijo Natalia cuando la vio.
-Espérenme 2 segundos más, tengo algo urgentísimo que hacer.
-¿Qué es tan importante? ¡No te pierdas de tu fiesta! Hay chavos ¡uf! Guapísimos, te voy a presentar a un amigo, se llama Alexander.
-¿Alexander?—Natalia asintió con la cabeza
-Creo que ya lo conocí.
-Esta mega guapo ¿no?
-No me fije bien.
Valentina intento encontrar la ropa, la busco en la casa y por afuera y finalmente decidió hacer algo… curioso. Subió a la tarima del DJ.
-¡Atención por favor!—Valentina tomo el micrófono y llamo a todos. Bajaron la música.
“Muchas gracias a todos por venir a mi fiesta, espero que se la estén pasando muy bien. Quiero que todos estén muy felices ¿qué les parece un jueguito?”
-¡Sí!—respondieron los invitados todos con la intención de pasarla bien.
-Pues se trata de una caza de tesoros. Tienen que encontrar una lista de cosas. En 5 minutos les mandare una lista al móvil por Bluetooth con todo lo que deben encontrar. Serán en equipos si quieren o pueden trabar por su cuenta. Ahora por supuesto que habrá un premio y este será… una sorpresa.
Valentina dejo el micrófono, subieron otro poco la música y todos buscaron su móvil. Valen tomo un abrigo y su celular y salió de nuevo al balcón de nuevo intentando no cerrarla por completo.
-¿Alexander? Toma—Valentina le extendió el abrigo y él lo tomo para ponérselo.
-¡Gracias! oye ¿Qué es eso de el juego?
-Mejor dime que traías puesto.
-Una camisa blanca, unos jeans negros, zapatos converse…
Valen anotaba todo en un mensaje listo para mandarlo, también anotaba otras cosas para que nadie notara nada.
-Vuelvo en uno minuto.
Mando el mensaje y se sentó en la tarima a ver a todos moviéndose para encontrar las cosas. Poco a poco la ropa llego. El equipo ganador fue un trío de chicas.
“Al menos no tendré que salir con ellas como recompensa”—pensó.
-Muy bien estas chicas me trajeron en total 6 cosas o sea que son las ganadoras—anuncio en el micrófono antes de salir disparada con la ropa en la mano hacia el bacón.
-¡Alexander!
-¡Aquí!
Valentina fue al mismo lugar que antes. Le dio la ropa y espero a que él se cambiara.
-¿Valentina?
-¿Sí?—él se acerco a ella. La tomo por los hombros.
-¡Gracias!
Alexander y Valentina entraron juntos. Y por fin pudieron verse.
Ambos se miraron atentos. Cada detalle del físico del otro: el cabello, los ojos, la piel, la complexión, la boca, la sonrisa que en sus labios se dibujo… Se miraron atentamente enamorándose a cada segundo.
Valentina entonces supo que su deseo de cumpleaños se habia concedido.
Valentina soltó una última lágrima acompañada de una sonrisa por el recuerdo antes de cerrar los ojos e intentar dormir. Ese era uno de los bonitos recuerdos y sin embargo dolía casi igual que uno malo.
23 de diciembre de 2010
14 de diciembre de 2010
Recordando LA Platica
Capitulo 12 parte 2
FLASHBACK
-¡Hola Alexander!
-Hola ¿Está cerrada la puerta?
Valentina comprobó que estuviera cerrada, intento abrirla pero no pudo.
-Sí, no puedo abrirla.
-¡Ah mierda!
-¿Qué pasa?
-Ok te explico: Natalia me invito a esta fiesta ¿la conoces?
-Sí, es mi mejor amiga.
-Por favor, no me digas que eres Valentina.
-¡Mucho gusto!—el humor de Valentina.
-¡Mierda!
-¿Qué pasa?
-Nada. Bueno Natalia me invito a tu fiesta y venia con otros 2 amigos, el punto es que me jugaron una mala bromita y llevo 2 horas aquí encerrado.
-¿Qué tipo de bromita?
-Los detalles son demasiado vergonzosos. Ahora estoy aquí en bóxers y con muchísimo frio.
-¿Estas en bóxers?—Valentina soltó una risa—lo siento pero me parece divertido que estés en bóxers en mi fiesta.
-¡Qué bueno que te divierta! Porque a mí no.
-Lo siento es que de verdad es divertido.
-Ok entonces ya no me preocupo por tu regalo, la verdad no sabía que darte, te traje una tarjeta iTunes. Un buen momento de risa supongo que lo arregla.
Valentina seguía riendo divertida. Intento golpear la puerta y gritar para que alguien la escuchara.
-Es inútil ya lo intente y nadie me escucho. La música está muy alta.
-¿Y qué hacemos?
-No lo sé ya intente de todo. Pero estamos en un tercer piso y no hay manera de bajar por aquí sin resultar con algo roto y bastante humillado.
Silencio.
-Hace frio.
-Imagínate cuanto tengo yo—dijo el pobre chico. Valentina volvió a reír.
Valentina observo su atuendo. Un vestido azul corto, arriba de las rodillas y un escote pronunciado. Debajo llevaba unos shorts y una blusa con un escote similar. No podía darle nada sin poner en duda su sexualidad y humillarlo. Sonrió para sí imaginando a cualquier tipo de chico con su ropa.
-¿Me puedo acercar?
-¿Para qué?
-Quiero saber cómo eres. Sin morbo, solo curiosidad.
-Está bien. Aunque esta muy obscuro no creo que puedas verme.
Valentina se acerco cuidadosamente intentando adivinar en donde estaba, ere verdad estaba muy obscuro. Se tropezó con algo y cayo justo encima de él.
-¡Hay!
-Perdón, pise algo y me caí.
-Sí, lo que pisaste fue mi pierna.
Valentina se rio y se sentó al lado del desconocido desnudo.
-¿Y te la pasas bien?
-Sí, hasta que me dejaron aquí.
-¿Dejaras que una bromita de mal gusto te arruine esta fiesta tan genial?
-No es tan fácil divertirse cuando estás desnudo en el balcón de una casa a pleno frio y junto a la cumpleañera.
-Yo me divierto.
-¿Qué tanto tomaste?—risas de ambos.
-Piensa en lo positivo.
-¿Hay algo positivo?
-¡Claro! Si no te hubieras quedado aquí afuera y yo no hubiera salido posiblemente jamás me hubieras conocido.
-Entonces debería agradecerles que me dejaran aquí.
-¡Por supuesto!
Risas. Platica larga. Platica superficial. Platica profunda. Plática divertida y amena, con el toque del humor de Valen y la originalidad de Alexander. Una plática entre desconocidos absolutos. Una plática de futuros amigos y novios. Una plática que cambiaria muchas cosas.
continuará...
FLASHBACK
-¡Hola Alexander!
-Hola ¿Está cerrada la puerta?
Valentina comprobó que estuviera cerrada, intento abrirla pero no pudo.
-Sí, no puedo abrirla.
-¡Ah mierda!
-¿Qué pasa?
-Ok te explico: Natalia me invito a esta fiesta ¿la conoces?
-Sí, es mi mejor amiga.
-Por favor, no me digas que eres Valentina.
-¡Mucho gusto!—el humor de Valentina.
-¡Mierda!
-¿Qué pasa?
-Nada. Bueno Natalia me invito a tu fiesta y venia con otros 2 amigos, el punto es que me jugaron una mala bromita y llevo 2 horas aquí encerrado.
-¿Qué tipo de bromita?
-Los detalles son demasiado vergonzosos. Ahora estoy aquí en bóxers y con muchísimo frio.
-¿Estas en bóxers?—Valentina soltó una risa—lo siento pero me parece divertido que estés en bóxers en mi fiesta.
-¡Qué bueno que te divierta! Porque a mí no.
-Lo siento es que de verdad es divertido.
-Ok entonces ya no me preocupo por tu regalo, la verdad no sabía que darte, te traje una tarjeta iTunes. Un buen momento de risa supongo que lo arregla.
Valentina seguía riendo divertida. Intento golpear la puerta y gritar para que alguien la escuchara.
-Es inútil ya lo intente y nadie me escucho. La música está muy alta.
-¿Y qué hacemos?
-No lo sé ya intente de todo. Pero estamos en un tercer piso y no hay manera de bajar por aquí sin resultar con algo roto y bastante humillado.
Silencio.
-Hace frio.
-Imagínate cuanto tengo yo—dijo el pobre chico. Valentina volvió a reír.
Valentina observo su atuendo. Un vestido azul corto, arriba de las rodillas y un escote pronunciado. Debajo llevaba unos shorts y una blusa con un escote similar. No podía darle nada sin poner en duda su sexualidad y humillarlo. Sonrió para sí imaginando a cualquier tipo de chico con su ropa.
-¿Me puedo acercar?
-¿Para qué?
-Quiero saber cómo eres. Sin morbo, solo curiosidad.
-Está bien. Aunque esta muy obscuro no creo que puedas verme.
Valentina se acerco cuidadosamente intentando adivinar en donde estaba, ere verdad estaba muy obscuro. Se tropezó con algo y cayo justo encima de él.
-¡Hay!
-Perdón, pise algo y me caí.
-Sí, lo que pisaste fue mi pierna.
Valentina se rio y se sentó al lado del desconocido desnudo.
-¿Y te la pasas bien?
-Sí, hasta que me dejaron aquí.
-¿Dejaras que una bromita de mal gusto te arruine esta fiesta tan genial?
-No es tan fácil divertirse cuando estás desnudo en el balcón de una casa a pleno frio y junto a la cumpleañera.
-Yo me divierto.
-¿Qué tanto tomaste?—risas de ambos.
-Piensa en lo positivo.
-¿Hay algo positivo?
-¡Claro! Si no te hubieras quedado aquí afuera y yo no hubiera salido posiblemente jamás me hubieras conocido.
-Entonces debería agradecerles que me dejaran aquí.
-¡Por supuesto!
Risas. Platica larga. Platica superficial. Platica profunda. Plática divertida y amena, con el toque del humor de Valen y la originalidad de Alexander. Una plática entre desconocidos absolutos. Una plática de futuros amigos y novios. Una plática que cambiaria muchas cosas.
continuará...
13 de diciembre de 2010
Alexander
Capitulo 12 parte 1
Noche tranquila y silenciosa. Noche de intrigas e incógnitas. Una noche irrepetible y única. La noche en la que una serie de eventos se desencadenaron.
Sentado al borde de su cama, en silencio. Pensando en lo que había pasado hace solo unas horas en casa de su tía. ¡Verla llorar de esa manera! Si había algo que Bruno no soportaba era ver a una mujer llorar.
El último abrazo antes de que su tía llegara fue el más doloroso. En ese momento y después de haber escuchado esa historia tan… complicada y evidentemente dolorosa se había prometido a si mismo ayudarla... ¿de qué manera? No lo sabía. ¿Por qué lo hacía? Tampoco estaba claro. Lo que si sabía es que si alguna vez volvía a ver a ese idiota de Alexander no se controlaría.
4:55 a.m. y Valentina seguía despierta. Haber perdido el control de esa manera era imperdonable. ¿Por qué se lo había contado a él? Nadie lo sabía, ni Leo ni Jesica, ni su madre ni la psicóloga a la que la obligaron a ir. Nadie ¿Por qué él?
Recuerdo: flahback
El día que todo comenzó 16 de Marzo, su fiesta de cumpleaños. Cumplía 15 años y sus amigas le habían organizado una fiesta, su verdadera fecha de nacimiento había sido el 13 de Marzo pero como había sido un Martes querían hacer una gran fiesta en fin de semana.
Estaban en casa de Pamela, el plan era una fiesta sorpresa y al final una pijamada. La fiesta iba de lo mejor. Todos se divertían muchísimo, invitaron a sus mejores amigos aunque también había muchas personas que ella no conocía.
La música estaba demasiado alta Valentina se sentía un poco aturdida y decidió tomarse un descanso. Vio el balcón y se le ocurrió salir un momento, trató de abrir la puerta pero estaba atorada, un empujón más y se abrió llenando la habitación de un aire fresco.
Salió y cerró la puerta atrás de sí.
-¡No!—escucho la voz de un chico.
-¿Qué? ¿Quién eres?—se movía intentando buscar quien había hablado pero no encontraba a nadie. Seguramente estaba tras las plantas.
-No, no, no, no, no, no te muevas. Quédate ahí.
-Ok. ¿Quién eres?
-Me llamo Alexander.
Noche tranquila y silenciosa. Noche de intrigas e incógnitas. Una noche irrepetible y única. La noche en la que una serie de eventos se desencadenaron.
Sentado al borde de su cama, en silencio. Pensando en lo que había pasado hace solo unas horas en casa de su tía. ¡Verla llorar de esa manera! Si había algo que Bruno no soportaba era ver a una mujer llorar.
El último abrazo antes de que su tía llegara fue el más doloroso. En ese momento y después de haber escuchado esa historia tan… complicada y evidentemente dolorosa se había prometido a si mismo ayudarla... ¿de qué manera? No lo sabía. ¿Por qué lo hacía? Tampoco estaba claro. Lo que si sabía es que si alguna vez volvía a ver a ese idiota de Alexander no se controlaría.
4:55 a.m. y Valentina seguía despierta. Haber perdido el control de esa manera era imperdonable. ¿Por qué se lo había contado a él? Nadie lo sabía, ni Leo ni Jesica, ni su madre ni la psicóloga a la que la obligaron a ir. Nadie ¿Por qué él?
Recuerdo: flahback
El día que todo comenzó 16 de Marzo, su fiesta de cumpleaños. Cumplía 15 años y sus amigas le habían organizado una fiesta, su verdadera fecha de nacimiento había sido el 13 de Marzo pero como había sido un Martes querían hacer una gran fiesta en fin de semana.
Estaban en casa de Pamela, el plan era una fiesta sorpresa y al final una pijamada. La fiesta iba de lo mejor. Todos se divertían muchísimo, invitaron a sus mejores amigos aunque también había muchas personas que ella no conocía.
La música estaba demasiado alta Valentina se sentía un poco aturdida y decidió tomarse un descanso. Vio el balcón y se le ocurrió salir un momento, trató de abrir la puerta pero estaba atorada, un empujón más y se abrió llenando la habitación de un aire fresco.
Salió y cerró la puerta atrás de sí.
-¡No!—escucho la voz de un chico.
-¿Qué? ¿Quién eres?—se movía intentando buscar quien había hablado pero no encontraba a nadie. Seguramente estaba tras las plantas.
-No, no, no, no, no, no te muevas. Quédate ahí.
-Ok. ¿Quién eres?
-Me llamo Alexander.
30 de noviembre de 2010
El doloroso pasado de una tragica relacion
Cap. 11 parte 2
Valentina y Bruno se acercaron, por algún motivo ninguno de los 2 se sorprendió.
-Hola.
-Hola Sebas.
Josefina intento recordar si le había dicho el segundo nombre de su sobrino a Valentina. No lo recordaba, a ella nunca le gusto “Sebastián” para el hijo de su hermano pequeño…
-¿Cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Bien—respondió ella. Y por primera vez en mucho tiempo no sintió que estuviera mintiendo.
El día que había pasado hasta ese momento no le había recordado a ese pasado que tanto pretendía olvidar, pero “él” siempre vivía presente en algún rincón se el corazón de Valentina.
El resto de la noche fluyo sin sorpresas. Le comentaron a Josefina la fogata y se divirtieron como una buena familia.
Josefina salió a el supermercado por helado para el postre y los dejo en la casa platicando.
-Lo que yo no puedo creer es que tú seas el sobrino de Josefina. O sea la conozco de toda mi vida y ha sido prácticamente una tía para mí y a ti te conocí en un campamento nos reencontramos en el lugar en donde viviré y además eres el sobrino de mi nueva tutora.
-Es algo increíble como la vida da mil vueltas.
-Si supongo que sí—dijo valentina sin ocultar su escepticismo.
-Oye en la fogata no pudimos platicar bien. Dime ¿cómo está tu familia?
-Creo que bien.
-¿Crees?
-Mis papas se van a divorciar.
-¡Wow! y ¿te sientes mal por eso?
-No. Prefiero que se divorcien a que se la vivan peleándose.
-¿Te viniste acá por eso?
-En parte eso.
-¿Y Nina?
-Cumplió 10 en marzo.
Valentina sabia que Sebas no se refería a eso pero prefería no hablar. Ya había tomado una decisión y el pensar en lo malo la haría arrepentirse. Obviamente había pensado en su hermanita, la había dejado en medio de las constantes peleas de sus papas, pero si ella se quedaba ahí sería peor…
Sebas entendió que no era buen tema.
-¿Y Luis? ¿Qué carrera va a estudiar?
-Aun no sabe, aunque seguramente medicina—respondió Valen aliviada.
-Que bien. Oye y ¿sigues en contacto con los del camp?
-Solo con algunos, ¿y tú?
-Hace como 2 meses vi a Lulú en una fiesta pero la verdad no la quise saludar, me daba pena. Y por Facebook encontré a Federica y a Eugenio. ¿Oye y qué onda con Natalia? ¿Has sabido de ella?
-Es mi mejor amiga…
-¡Pero se llevaban del asco!
-No de hecho a ella la conozco desde que nacimos y en ese momento nos habíamos peleado, ya ni me acuerdo porque, pero siempre hemos sido amigas.
-Me acuerdo que a las 2 les gustaba…—Valentina se preparo para escuchar el nombre—Alexander.
Ni toda la preparación del mundo era suficiente. El nombre le lastimaba los oídos. El nombre le trajo un montón de sensaciones. Ese nombre… Valentina se sumergió en el pasado pero ahora se trataban de los recuerdos más terribles. El principal motivo por el cual ella estaba ahí.
Sebas se dio cuenta de que algo andaba mal. Había algo en sus ojos que le decían claramente que ella estaba sufriendo. Sumergida en el abismo y con lágrimas a punto de desbordarse contesto:
-Sí, me gustaba. Fue mi novio y ahora todo termino.
El tono de voz de Valentina provoco en Sebastián una extraña necesidad de abrazarla y eso es lo que hizo, ella se soltó a llorar entre sus brazos.
Y una amistad especial se inicio esa noche.
Valentina y Bruno se acercaron, por algún motivo ninguno de los 2 se sorprendió.
-Hola.
-Hola Sebas.
Josefina intento recordar si le había dicho el segundo nombre de su sobrino a Valentina. No lo recordaba, a ella nunca le gusto “Sebastián” para el hijo de su hermano pequeño…
-¿Cómo estás?
-Bien ¿y tú?
-Bien—respondió ella. Y por primera vez en mucho tiempo no sintió que estuviera mintiendo.
El día que había pasado hasta ese momento no le había recordado a ese pasado que tanto pretendía olvidar, pero “él” siempre vivía presente en algún rincón se el corazón de Valentina.
El resto de la noche fluyo sin sorpresas. Le comentaron a Josefina la fogata y se divirtieron como una buena familia.
Josefina salió a el supermercado por helado para el postre y los dejo en la casa platicando.
-Lo que yo no puedo creer es que tú seas el sobrino de Josefina. O sea la conozco de toda mi vida y ha sido prácticamente una tía para mí y a ti te conocí en un campamento nos reencontramos en el lugar en donde viviré y además eres el sobrino de mi nueva tutora.
-Es algo increíble como la vida da mil vueltas.
-Si supongo que sí—dijo valentina sin ocultar su escepticismo.
-Oye en la fogata no pudimos platicar bien. Dime ¿cómo está tu familia?
-Creo que bien.
-¿Crees?
-Mis papas se van a divorciar.
-¡Wow! y ¿te sientes mal por eso?
-No. Prefiero que se divorcien a que se la vivan peleándose.
-¿Te viniste acá por eso?
-En parte eso.
-¿Y Nina?
-Cumplió 10 en marzo.
Valentina sabia que Sebas no se refería a eso pero prefería no hablar. Ya había tomado una decisión y el pensar en lo malo la haría arrepentirse. Obviamente había pensado en su hermanita, la había dejado en medio de las constantes peleas de sus papas, pero si ella se quedaba ahí sería peor…
Sebas entendió que no era buen tema.
-¿Y Luis? ¿Qué carrera va a estudiar?
-Aun no sabe, aunque seguramente medicina—respondió Valen aliviada.
-Que bien. Oye y ¿sigues en contacto con los del camp?
-Solo con algunos, ¿y tú?
-Hace como 2 meses vi a Lulú en una fiesta pero la verdad no la quise saludar, me daba pena. Y por Facebook encontré a Federica y a Eugenio. ¿Oye y qué onda con Natalia? ¿Has sabido de ella?
-Es mi mejor amiga…
-¡Pero se llevaban del asco!
-No de hecho a ella la conozco desde que nacimos y en ese momento nos habíamos peleado, ya ni me acuerdo porque, pero siempre hemos sido amigas.
-Me acuerdo que a las 2 les gustaba…—Valentina se preparo para escuchar el nombre—Alexander.
Ni toda la preparación del mundo era suficiente. El nombre le lastimaba los oídos. El nombre le trajo un montón de sensaciones. Ese nombre… Valentina se sumergió en el pasado pero ahora se trataban de los recuerdos más terribles. El principal motivo por el cual ella estaba ahí.
Sebas se dio cuenta de que algo andaba mal. Había algo en sus ojos que le decían claramente que ella estaba sufriendo. Sumergida en el abismo y con lágrimas a punto de desbordarse contesto:
-Sí, me gustaba. Fue mi novio y ahora todo termino.
El tono de voz de Valentina provoco en Sebastián una extraña necesidad de abrazarla y eso es lo que hizo, ella se soltó a llorar entre sus brazos.
Y una amistad especial se inicio esa noche.
18 de noviembre de 2010
¿Otra broma del destino?
Cap. 11 parte 1
Valentina reía cada vez que recordaba a Mariana en el suelo y con el trasero lleno de crema. No debería reírse de esa manera de la desgracia de alguien más pero le era inevitable tratándose de ella.
Escucho la cerradura de la puerta abrirse. Josefina había llegado mucho más temprano de lo que llegaba siempre. Valentina bajo las escaleras para encontrarse con ella.
-Hola pequeña—saludo Josefina apenas abrió la puerta.
-Hola, llegaste antes.
-Sí ¿no te dije verdad? Hoy viene mi sobrino a comer con nosotras, por eso te dije que quería que estuvieras aquí, quiero que lo conozcas te va a caer muy bien, es un chico increíble tiene tu edad y va a ir a tu escuela…
El sobrino de Josefina iría a la misma escuela que Valentina… eso era tener suerte. Mayte, Mike, Patrick y los demás irían también al CUE y ahora también el sobrino de Josefina. El conocer a un par de chicos la haría sentir menos nerviosa el primer día de escuela.
-¿A qué hora vendrá?
-A las 4:00—Valentina vio el reloj 2:29.
-¿A qué te ayudo?
Valentina y Josefina planearon la comida con lo que había en la casa. Pollo con mole, la especialidad de Valentina y al parecer el platillo favorito del sobrino de Josefina.
-¿Cómo se llama tu sobrino?
-Bruno.
¿Bruno? ¿Casualidad? Obviamente era casualidad, sería demasiado si se tratara de el mismo Bruno que conoció en el campamento y que encontró años después en la playa en una fogata ¿no?
Después de preparar la comida y faltando solo 20 minutos para las 4:30 Valentina subió a arreglarse un poco.
El timbre sonó anunciando la llegada del sobrino de Josefina, Valentina se dio una última mirada en el espejo y bajo las escaleras. Se detuvo en el último escalón a observar la escena.
Josefina abrazaba a un muchacho alto, castaño, con aspecto algo desaliñado y… en ese momento el chico se dio la vuelta.
Bruno la miro. Valentina suspiro, definitivamente ya no le sorprendían ese tipo de cosas, al fin y al cabo, su vida estaba llena de momentos inesperados los que ella consideraba casualidades, pero ¿eran eso? ¿Simples casualidades? ¿O bromas del destino?
Valentina reía cada vez que recordaba a Mariana en el suelo y con el trasero lleno de crema. No debería reírse de esa manera de la desgracia de alguien más pero le era inevitable tratándose de ella.
Escucho la cerradura de la puerta abrirse. Josefina había llegado mucho más temprano de lo que llegaba siempre. Valentina bajo las escaleras para encontrarse con ella.
-Hola pequeña—saludo Josefina apenas abrió la puerta.
-Hola, llegaste antes.
-Sí ¿no te dije verdad? Hoy viene mi sobrino a comer con nosotras, por eso te dije que quería que estuvieras aquí, quiero que lo conozcas te va a caer muy bien, es un chico increíble tiene tu edad y va a ir a tu escuela…
El sobrino de Josefina iría a la misma escuela que Valentina… eso era tener suerte. Mayte, Mike, Patrick y los demás irían también al CUE y ahora también el sobrino de Josefina. El conocer a un par de chicos la haría sentir menos nerviosa el primer día de escuela.
-¿A qué hora vendrá?
-A las 4:00—Valentina vio el reloj 2:29.
-¿A qué te ayudo?
Valentina y Josefina planearon la comida con lo que había en la casa. Pollo con mole, la especialidad de Valentina y al parecer el platillo favorito del sobrino de Josefina.
-¿Cómo se llama tu sobrino?
-Bruno.
¿Bruno? ¿Casualidad? Obviamente era casualidad, sería demasiado si se tratara de el mismo Bruno que conoció en el campamento y que encontró años después en la playa en una fogata ¿no?
Después de preparar la comida y faltando solo 20 minutos para las 4:30 Valentina subió a arreglarse un poco.
El timbre sonó anunciando la llegada del sobrino de Josefina, Valentina se dio una última mirada en el espejo y bajo las escaleras. Se detuvo en el último escalón a observar la escena.
Josefina abrazaba a un muchacho alto, castaño, con aspecto algo desaliñado y… en ese momento el chico se dio la vuelta.
Bruno la miro. Valentina suspiro, definitivamente ya no le sorprendían ese tipo de cosas, al fin y al cabo, su vida estaba llena de momentos inesperados los que ella consideraba casualidades, pero ¿eran eso? ¿Simples casualidades? ¿O bromas del destino?
2 de noviembre de 2010
Todo un caballero.... ¡eso se llama Karma!
Cap. 10 parte 2
Ambos se acercaron a saludar. Ambos sentían esa cosa en el cuerpo, algo muy raro e inexplicable.
-¡Hola!—saludaron ambos al mismo tiempo. Besos en las mejillas.
-¿Cómo estás?—Patrick pregunto con genuino interés.
-Bien ¿y tú?
-También bien gracias.
Valen sentía unos nervios sin razón.
-¿Y qué haces por aquí?
-Vine a conocer un poco más del lugar…. Y bueno de compras.
-Bien, supongo que es necesario ya que pasaras aquí al menos un año.
-Sí, espero pronto dejar de perderme.
El móvil de Patrick interrumpió. Un mensaje de Mayte.
-Bueno te dejo atender, nos vemos—se despide Valentina.
-Claro, nos vemos.
El mensaje decía:
“¡te tardas mucho! ¿Ya no me quieres ayudar?”
-Una pregunta… ¿hacia dónde está el área de comida?
-Te acompaño… yo iba para allá.
Valentina y Patrick caminaron juntos en silencio, un silencio muy natural. Patrick tecleo rápidamente en su celular un mensaje para May:
“Iré a ayudarte en un rato, pero creo que tardare más”
-Llevo 40 minutos buscando el área de comidas y con tigo hemos llegado en 2… definitivamente necesito ubicarme.
Ambos rieron, tomaron una mesa y se sentaron.
-¿Qué te apetece?
-En realidad solo quería una malteada de fresa.
-Pues te la traigo, quédate aquí.
-No, no es...
Patrick se levanto antes de que valen pudiera replicar. Se formo en la fila a esperar su turno, decidió que él quería un smoothie de mango.
Una chica muy guapa le atendió. Guapa sin embargo no tanto como Valentina. Una malteada de fresa y un smoothie de mango eso era todo lo que quería de esa chica.
Regreso a la mesa con las bebidas en la mano.
-No era necesario que pagaras tú.
-No me gusta que las chicas paguen.
-¿Por qué? ¿Eres el típico macho que piensa que si una chica paga la cuenta lo desafía?
-No. Me educaron con los antiguos valores.
-¿Entonces estoy frente a un caballero?—pregunto Valentina en tono de burla mientras revolvía su malteada.
-Sí, aunque te burles.
-Lo siento—dijo ella entre risas. Patrick pensaba: ¡Qué bonita se veía riendo!
-Pues supongo que está bien.
-¿Supones? Creí que a las chicas les gustaba eso…
Y claro que a las chicas les gusta eso. Todas las chicas con las que había estado Pato se rendían ante un acto de caballerosidad. Dio un par de sorbos a su smoothie.
-Sí creo que les gusta. Bueno no te niego que es algo lindo pero influyen cosas como las intenciones y los motivos.
-¿Intenciones?
-Si un chico lo hace solo para ligar…
-Mis intenciones son buenas—dijo Pato. Aunque… ¿el pretendía ligar con ella?
-Ok y el segundo, los motivos. Muchos hombres siguen en la idea de que la mujer debe quedarse en casa a limpiar y cocinar y hacen ese tipo de cosas porque creen que la mujer es más débil.
-¡Wow! Una feminista.
Ambos rieron. Valentina entonces noto que su malteada tenía crema batida. Valentina odiaba la crema. Empezó a buscar una servilleta pero no encontró ninguna.
-¿Qué pasa?
-Nada voy por servilletas—Valentina hizo ademan de levantarse.
-No, no quédate aquí yo voy. Digo si eso no te molesta—Valentina rio y asintió con la cabeza autorizando.
Valen tomo su popote y con cuidado logro sacar la crema, pero el popote se atoro en la tapa y al forcejear con ella la crema salió volando y calló en el piso a un par de mesas de donde estaban.
Pato regreso con las servilletas, Valentina no quitaba la vista del bulto espumoso blanco en el piso.
-Toma—dijo el ajeno a lo ocurrido.
Ella tomo una servilleta y se disponía a pararse a limpiar pero se lo impidió una chica que estaba pasando. La chica delgada y bajita paso por ahí y pisó la crema resbalando unos cuantos centímetros para terminar cayendo de nalgas.
-¡Ay dios mío!—exclamo Valentina muy bajito.
Patrick levanto la mirada y vio a la chica en el suelo. Mariana estaba en el suelo. Fue entonces cuando Valentina noto que esa era una con las que había tenido el problema.
¿Qué hacia? ¿La ayudaba? ¿La dejaba ahí? Patrick ya lo había notado.
Patrick se levanto para ayudarla. Valentina dudo sobre qué hacer, afortunadamente vio a Mayte. Se paró enseguida y le hizo señales con los brazos para llamar su atención. Por el rabillo del ojo seguía atenta a la escena.
Patrick la levanto y ella se alejo algo lastimada pero no físicamente, la caída hirió su orgullo.
-Hola Valentina.
-Hola May.
-Veo que estás con Patrick.
-Eh sí.
Ambas se volvieron a la mesa. Valentina soltó una risa cuando vio la cara de Patrick.
-¿Ella estaba bien?
-Sí, creo.
-¿Esa era Mariana?—pregunto May y el asintió con la cabeza.
¿Mariana? Bueno ya tenía 3 nombres Daniela, Mariana e Isabel. Y al parecer la conocían.
-¿La conocen?
-Sí es… era una amiga nuestra—dijo May.
-¿Era?
-Larga historia. ¿Por?
-Yo también la conozco. Aunque no en buen término.
-¿Cómo la conoces?—pregunto Mayte.
El celular de Valentina empezó a sonar. Josefina.
-Creo que me tengo que ir, nos vemos—tomo su malteada, sus bolsas y se despidió con un beso en la mejilla a cada uno.
-Nos vemos luego.
-Bye—dijo Mayte.
Mayte alternaba miradas entre Patrick y Valentina. Él la miraba de una forma especial, esa mirada ya la había visto, pocas veces pero sabía que Pato, su amigo de toda la vida, empezaba a sentir algo por ella.
Pato la observo alejarse. No la conocía, no sabía nada de ella más que era una feminista y sin embargo no la podía alejar de su mente, no podía evitar sonreír al recordar su cara. Patrick se sentía como un tonto, pero ¿no es así como se siente cualquier chico enamorado?
Ambos se acercaron a saludar. Ambos sentían esa cosa en el cuerpo, algo muy raro e inexplicable.
-¡Hola!—saludaron ambos al mismo tiempo. Besos en las mejillas.
-¿Cómo estás?—Patrick pregunto con genuino interés.
-Bien ¿y tú?
-También bien gracias.
Valen sentía unos nervios sin razón.
-¿Y qué haces por aquí?
-Vine a conocer un poco más del lugar…. Y bueno de compras.
-Bien, supongo que es necesario ya que pasaras aquí al menos un año.
-Sí, espero pronto dejar de perderme.
El móvil de Patrick interrumpió. Un mensaje de Mayte.
-Bueno te dejo atender, nos vemos—se despide Valentina.
-Claro, nos vemos.
El mensaje decía:
“¡te tardas mucho! ¿Ya no me quieres ayudar?”
-Una pregunta… ¿hacia dónde está el área de comida?
-Te acompaño… yo iba para allá.
Valentina y Patrick caminaron juntos en silencio, un silencio muy natural. Patrick tecleo rápidamente en su celular un mensaje para May:
“Iré a ayudarte en un rato, pero creo que tardare más”
-Llevo 40 minutos buscando el área de comidas y con tigo hemos llegado en 2… definitivamente necesito ubicarme.
Ambos rieron, tomaron una mesa y se sentaron.
-¿Qué te apetece?
-En realidad solo quería una malteada de fresa.
-Pues te la traigo, quédate aquí.
-No, no es...
Patrick se levanto antes de que valen pudiera replicar. Se formo en la fila a esperar su turno, decidió que él quería un smoothie de mango.
Una chica muy guapa le atendió. Guapa sin embargo no tanto como Valentina. Una malteada de fresa y un smoothie de mango eso era todo lo que quería de esa chica.
Regreso a la mesa con las bebidas en la mano.
-No era necesario que pagaras tú.
-No me gusta que las chicas paguen.
-¿Por qué? ¿Eres el típico macho que piensa que si una chica paga la cuenta lo desafía?
-No. Me educaron con los antiguos valores.
-¿Entonces estoy frente a un caballero?—pregunto Valentina en tono de burla mientras revolvía su malteada.
-Sí, aunque te burles.
-Lo siento—dijo ella entre risas. Patrick pensaba: ¡Qué bonita se veía riendo!
-Pues supongo que está bien.
-¿Supones? Creí que a las chicas les gustaba eso…
Y claro que a las chicas les gusta eso. Todas las chicas con las que había estado Pato se rendían ante un acto de caballerosidad. Dio un par de sorbos a su smoothie.
-Sí creo que les gusta. Bueno no te niego que es algo lindo pero influyen cosas como las intenciones y los motivos.
-¿Intenciones?
-Si un chico lo hace solo para ligar…
-Mis intenciones son buenas—dijo Pato. Aunque… ¿el pretendía ligar con ella?
-Ok y el segundo, los motivos. Muchos hombres siguen en la idea de que la mujer debe quedarse en casa a limpiar y cocinar y hacen ese tipo de cosas porque creen que la mujer es más débil.
-¡Wow! Una feminista.
Ambos rieron. Valentina entonces noto que su malteada tenía crema batida. Valentina odiaba la crema. Empezó a buscar una servilleta pero no encontró ninguna.
-¿Qué pasa?
-Nada voy por servilletas—Valentina hizo ademan de levantarse.
-No, no quédate aquí yo voy. Digo si eso no te molesta—Valentina rio y asintió con la cabeza autorizando.
Valen tomo su popote y con cuidado logro sacar la crema, pero el popote se atoro en la tapa y al forcejear con ella la crema salió volando y calló en el piso a un par de mesas de donde estaban.
Pato regreso con las servilletas, Valentina no quitaba la vista del bulto espumoso blanco en el piso.
-Toma—dijo el ajeno a lo ocurrido.
Ella tomo una servilleta y se disponía a pararse a limpiar pero se lo impidió una chica que estaba pasando. La chica delgada y bajita paso por ahí y pisó la crema resbalando unos cuantos centímetros para terminar cayendo de nalgas.
-¡Ay dios mío!—exclamo Valentina muy bajito.
Patrick levanto la mirada y vio a la chica en el suelo. Mariana estaba en el suelo. Fue entonces cuando Valentina noto que esa era una con las que había tenido el problema.
¿Qué hacia? ¿La ayudaba? ¿La dejaba ahí? Patrick ya lo había notado.
Patrick se levanto para ayudarla. Valentina dudo sobre qué hacer, afortunadamente vio a Mayte. Se paró enseguida y le hizo señales con los brazos para llamar su atención. Por el rabillo del ojo seguía atenta a la escena.
Patrick la levanto y ella se alejo algo lastimada pero no físicamente, la caída hirió su orgullo.
-Hola Valentina.
-Hola May.
-Veo que estás con Patrick.
-Eh sí.
Ambas se volvieron a la mesa. Valentina soltó una risa cuando vio la cara de Patrick.
-¿Ella estaba bien?
-Sí, creo.
-¿Esa era Mariana?—pregunto May y el asintió con la cabeza.
¿Mariana? Bueno ya tenía 3 nombres Daniela, Mariana e Isabel. Y al parecer la conocían.
-¿La conocen?
-Sí es… era una amiga nuestra—dijo May.
-¿Era?
-Larga historia. ¿Por?
-Yo también la conozco. Aunque no en buen término.
-¿Cómo la conoces?—pregunto Mayte.
El celular de Valentina empezó a sonar. Josefina.
-Creo que me tengo que ir, nos vemos—tomo su malteada, sus bolsas y se despidió con un beso en la mejilla a cada uno.
-Nos vemos luego.
-Bye—dijo Mayte.
Mayte alternaba miradas entre Patrick y Valentina. Él la miraba de una forma especial, esa mirada ya la había visto, pocas veces pero sabía que Pato, su amigo de toda la vida, empezaba a sentir algo por ella.
Pato la observo alejarse. No la conocía, no sabía nada de ella más que era una feminista y sin embargo no la podía alejar de su mente, no podía evitar sonreír al recordar su cara. Patrick se sentía como un tonto, pero ¿no es así como se siente cualquier chico enamorado?
21 de octubre de 2010
El futuro de... ¿que?
Cap. #10 parte 1
Valentina se empezó a sentir absolutamente… ¿rara? El haber tenido una ¿pelea? con esas chicas desconocidas le había parecido algo ¿extraño?
Pago las minifaldas y decidió que necesitaba un helado. Iba caminando por la plaza y le pareció ver a las chicas que la habían molestado entrar a otra tienda. Suspiro y decidió mejor darse prisa.
No podía creer que eso hubiera pasado, discutió con un grupo de chicas desconocidas acerca de ropa, marcas y actitudes nacas.
Valentina no se reconocía a sí misma. Ella perdió el control y exploto, actuó como ellas, se bajo a su nivel.
Patrick se había hartado del olor a pelo de animal, así que le dijo a May que iría a conseguir algo de beber. Vio pasar a un grupo de chicas bastante llamativas… Daniela, Mariana, Isabel, Fernanda y su nueva adquisición Regina.
Pato sintió algo de nostalgia ver a la que en algún momento fue su mejor amiga convertirse en otro clon de la que también en algún momento fue su mejor amiga, y de la cual él estuvo enamorado profundamente, Daniela. Ambas cambiaron repentinamente.
Daniela un buen día decidió que los chicos del grupo yo no eran suficientemente buenos para ella, y lo mismo le estaba pasando a Regina aunque ella influenciada por Daniela.
Valentina no lograba ubicar hacia donde estaba el área de comida, subió por las escaleras eléctricas y seguía buscando sin éxito. Patrick seguía pensando en Regina y no se dio cuenta de la dirección en la que iba. Ambos estaban en el tercer piso, ambos en busca del área de comida y ambos con la sensación de nerviosismo.
Fue un momento extraño y sin embargo especial. Dos miradas que se cruzan, dos mundos que colindan, dos almas gemelas que se encuentran. Patrick y Valentina se congelaron ante una nueva sensación provocada por el encuentro.
Patrick la miraba fijamente, veía en ella una cara hermosa sorprendida. Ella de pronto sonrió, la sonrisa más bella que había visto en su vida. Cuando el reacciono también estaba sonriendo.
Valentina miraba fijamente los ojos de rubio algo sorprendida. Ella sabía que él la reconoció, el sonreía y entonces se dio cuenta de que ella también lo hacía.
En ese lugar (frente a una tienda Guess)
En ese momento (2:45pm Lunes)
Ambos mirandose fijamente
Por cuestiones del caprichoso destino
Estaba a punto de empezar una gran historia, de amistad, amor y cosas de la vida....
Valentina se empezó a sentir absolutamente… ¿rara? El haber tenido una ¿pelea? con esas chicas desconocidas le había parecido algo ¿extraño?
Pago las minifaldas y decidió que necesitaba un helado. Iba caminando por la plaza y le pareció ver a las chicas que la habían molestado entrar a otra tienda. Suspiro y decidió mejor darse prisa.
No podía creer que eso hubiera pasado, discutió con un grupo de chicas desconocidas acerca de ropa, marcas y actitudes nacas.
Valentina no se reconocía a sí misma. Ella perdió el control y exploto, actuó como ellas, se bajo a su nivel.
Patrick se había hartado del olor a pelo de animal, así que le dijo a May que iría a conseguir algo de beber. Vio pasar a un grupo de chicas bastante llamativas… Daniela, Mariana, Isabel, Fernanda y su nueva adquisición Regina.
Pato sintió algo de nostalgia ver a la que en algún momento fue su mejor amiga convertirse en otro clon de la que también en algún momento fue su mejor amiga, y de la cual él estuvo enamorado profundamente, Daniela. Ambas cambiaron repentinamente.
Daniela un buen día decidió que los chicos del grupo yo no eran suficientemente buenos para ella, y lo mismo le estaba pasando a Regina aunque ella influenciada por Daniela.
Valentina no lograba ubicar hacia donde estaba el área de comida, subió por las escaleras eléctricas y seguía buscando sin éxito. Patrick seguía pensando en Regina y no se dio cuenta de la dirección en la que iba. Ambos estaban en el tercer piso, ambos en busca del área de comida y ambos con la sensación de nerviosismo.
Fue un momento extraño y sin embargo especial. Dos miradas que se cruzan, dos mundos que colindan, dos almas gemelas que se encuentran. Patrick y Valentina se congelaron ante una nueva sensación provocada por el encuentro.
Patrick la miraba fijamente, veía en ella una cara hermosa sorprendida. Ella de pronto sonrió, la sonrisa más bella que había visto en su vida. Cuando el reacciono también estaba sonriendo.
Valentina miraba fijamente los ojos de rubio algo sorprendida. Ella sabía que él la reconoció, el sonreía y entonces se dio cuenta de que ella también lo hacía.
En ese lugar (frente a una tienda Guess)
En ese momento (2:45pm Lunes)
Ambos mirandose fijamente
Por cuestiones del caprichoso destino
Estaba a punto de empezar una gran historia, de amistad, amor y cosas de la vida....
13 de octubre de 2010
La pelea de las chicas Prada
Cap. #9 parte 2
Valentina salió del probador con las faldas separadas en 2 grupos “las que sí” y “las que no”. Solo se iba a comprar 3 minifaldas así que sus papás no le podían decir nada. Colgó “las que no” en un estante por ahí y camino hacia la caja.
Le dio las faldas a la cajera, y ella empezó a escanear el código de barras en las etiquetas pero hubo un problema con una de ellas y le pidió a Valentina que esperara ahí mientras ella iba a solucionarlo…
Valentina aprovecho para seguir viendo en los estantes alrededor. Una blusa rosa muy linda le llamo la atención. Cuando iba a tomarla para verla mejor una mano se le adelantó.
-¡Ups! ¿Ibas a tomarla?—le dijo la chica a su lado.
-Sí, pero no importa.
Daniela empezó a darle vueltas a la blusa aunque en realidad miraba de reojo a Valentina.
-¿Te gusta? O sea no es de ningún diseñador importante y la marca es absolutamente desconocida, pero no está mal. Si usas la blusa con unos jeans grises y un cinturón plateado hasta tú te verías bien.
¿La castaña bajita a su lado quería hacerla enojar? Imposible no la conocía.
-¡Seguro que sí! Aunque a ti no te iría, esa blusa es demasiado bonita para que la uses tu—contesto Valentina enojada aunque muy bajito. Daniela la escucho pero aun no era momento.
-Tómala. Esta en oferta ¡qué asco! Además ya paso de moda el rosa.
Valentina no era prejuiciosa, ni acostumbraba etiquetar a las personas, pero su instinto le decía que se alejara.
Esa chica era como Ana Paula, la ex novia de su hermanastro, una creída. Era del tipo de chicas “faroleras” que solo traen ropa de marca para tratar de parecer menos nacas.
Hizo una mueca. ¡Qué chica tan…! Tomo la blusa y la observo.
-¿Compras ropa en oferta? Naca.
¡Suficiente!
Afortunadamente sabía cómo tratar a las creídas como ella. Vivir en la ciudad en una de las escuelas más caras e importantes del país le habían enseñado cosas, además haber convivido con la elite del país durante toda su vida gracias al trabajo de su madre le había enseñado 2 cosas:
*Los zapatos y la bolsa deben combinar a menos que se pretenda lo contrario.
*Quien viste 2 o más marcas diferentes al mismo tiempo es solo una “farolera”.
-La naca es la que viene a criticar la ropa diciendo que no es de marca y que el color ya pasó de moda con una bolsa Chanel de la temporada pasada y que por cierto no combina para nada con tus zapatos imitación Gucci.
-¡Nada de imitación! Solo compro originales, ¡pero que vas a saber tu! Con esos lentes de mercado.
-Oscar de la Renta 2010, se nota que no sabes nada. Lo que sí es de mercado son tus aretes, ¿de verdad pretendes que alguien crea que son Tous originales?
Otras 2 chicas llegaron y se pararon junto a ella. Amigas suyas, supuso. Valentina se dio la vuelta y las ignoro.
-¿Qué onda amiga?
-Nada estaba viendo ropa pero ¡esta naca me está molestando!
-¿Qué? La que empezó con guarradas fuiste tú.
Otra chica llego apresurada a reunirse con el grupo. Valentina pensó que ahora si iban a echarle bronca en grupo. Pero ¿cuando la habían detenido los grupos? Si esas se ponían de pesadas ella sabia perfecto como contestar.
-Ya vámonos por favor—pidió como preocupada.
-No aun no ésta naca zorra está molestando—dijo una de ellas la más alta.
-¡Daniela ya por favor!
Las 3 chavas voltearon a verla agresivamente. ¿Así que Daniela eh?
-¡Si Daniela ya basta! Suficiente de tratar de verte menos tonta—Valentina les dio la espalda.
El grupo empezó a protestar y a decirle insultos. La cajera regreso y al ver a las chicas gritando y a Valentina ignorándolas preguntó si todo estaba bien. Valen respondió con otro par de comentarios ingeniosos.
-¡Ya!
-¡Isabel lo arruinaste todo!—dijo Mariana empujándola.
Daniela se dirigió a la salida bastante enojada seguida por las otras.
¡Qué odiosa! ¿Quién se creía esa para insultarla así?
Daniela estaba enojada. A nadie le gusta que le ganen en su propio juego. Además, a nadie le gusta escuchar la verdad cuando es vergonzosa.
Valentina salió del probador con las faldas separadas en 2 grupos “las que sí” y “las que no”. Solo se iba a comprar 3 minifaldas así que sus papás no le podían decir nada. Colgó “las que no” en un estante por ahí y camino hacia la caja.
Le dio las faldas a la cajera, y ella empezó a escanear el código de barras en las etiquetas pero hubo un problema con una de ellas y le pidió a Valentina que esperara ahí mientras ella iba a solucionarlo…
Valentina aprovecho para seguir viendo en los estantes alrededor. Una blusa rosa muy linda le llamo la atención. Cuando iba a tomarla para verla mejor una mano se le adelantó.
-¡Ups! ¿Ibas a tomarla?—le dijo la chica a su lado.
-Sí, pero no importa.
Daniela empezó a darle vueltas a la blusa aunque en realidad miraba de reojo a Valentina.
-¿Te gusta? O sea no es de ningún diseñador importante y la marca es absolutamente desconocida, pero no está mal. Si usas la blusa con unos jeans grises y un cinturón plateado hasta tú te verías bien.
¿La castaña bajita a su lado quería hacerla enojar? Imposible no la conocía.
-¡Seguro que sí! Aunque a ti no te iría, esa blusa es demasiado bonita para que la uses tu—contesto Valentina enojada aunque muy bajito. Daniela la escucho pero aun no era momento.
-Tómala. Esta en oferta ¡qué asco! Además ya paso de moda el rosa.
Valentina no era prejuiciosa, ni acostumbraba etiquetar a las personas, pero su instinto le decía que se alejara.
Esa chica era como Ana Paula, la ex novia de su hermanastro, una creída. Era del tipo de chicas “faroleras” que solo traen ropa de marca para tratar de parecer menos nacas.
Hizo una mueca. ¡Qué chica tan…! Tomo la blusa y la observo.
-¿Compras ropa en oferta? Naca.
¡Suficiente!
Afortunadamente sabía cómo tratar a las creídas como ella. Vivir en la ciudad en una de las escuelas más caras e importantes del país le habían enseñado cosas, además haber convivido con la elite del país durante toda su vida gracias al trabajo de su madre le había enseñado 2 cosas:
*Los zapatos y la bolsa deben combinar a menos que se pretenda lo contrario.
*Quien viste 2 o más marcas diferentes al mismo tiempo es solo una “farolera”.
-La naca es la que viene a criticar la ropa diciendo que no es de marca y que el color ya pasó de moda con una bolsa Chanel de la temporada pasada y que por cierto no combina para nada con tus zapatos imitación Gucci.
-¡Nada de imitación! Solo compro originales, ¡pero que vas a saber tu! Con esos lentes de mercado.
-Oscar de la Renta 2010, se nota que no sabes nada. Lo que sí es de mercado son tus aretes, ¿de verdad pretendes que alguien crea que son Tous originales?
Otras 2 chicas llegaron y se pararon junto a ella. Amigas suyas, supuso. Valentina se dio la vuelta y las ignoro.
-¿Qué onda amiga?
-Nada estaba viendo ropa pero ¡esta naca me está molestando!
-¿Qué? La que empezó con guarradas fuiste tú.
Otra chica llego apresurada a reunirse con el grupo. Valentina pensó que ahora si iban a echarle bronca en grupo. Pero ¿cuando la habían detenido los grupos? Si esas se ponían de pesadas ella sabia perfecto como contestar.
-Ya vámonos por favor—pidió como preocupada.
-No aun no ésta naca zorra está molestando—dijo una de ellas la más alta.
-¡Daniela ya por favor!
Las 3 chavas voltearon a verla agresivamente. ¿Así que Daniela eh?
-¡Si Daniela ya basta! Suficiente de tratar de verte menos tonta—Valentina les dio la espalda.
El grupo empezó a protestar y a decirle insultos. La cajera regreso y al ver a las chicas gritando y a Valentina ignorándolas preguntó si todo estaba bien. Valen respondió con otro par de comentarios ingeniosos.
-¡Ya!
-¡Isabel lo arruinaste todo!—dijo Mariana empujándola.
Daniela se dirigió a la salida bastante enojada seguida por las otras.
¡Qué odiosa! ¿Quién se creía esa para insultarla así?
Daniela estaba enojada. A nadie le gusta que le ganen en su propio juego. Además, a nadie le gusta escuchar la verdad cuando es vergonzosa.
Planes malévolos
Cap. #9 parte 1
Regina estaba en una tienda mirando las minifaldas, encontró una rosa muy bonita, se la probó. Le quedaba bien. Miro fijamente su imagen en el espejo. Ella era guapa, guapísima. Además tenía un cuerpo perfecto.
Regina estaba muy consciente de que era bonita y muchas veces se aprovechaba de ello. Nadie se resistía a su cara angelical y si eso no funcionaba una mirada un poco más provocativa lo arreglaba todo.
Salió del probador, definitivamente la compraría, aunque necesitaba una blusa para hacerle juego. La compro y se dirigió a otra tienda.
Miraba por aquí y por allá. Quedo impactada, pero no por una blusa.
Valentina estaba ahí, también mirando las blusas. Regina se agacho y se escondió entre la ropa. ¿Qué hacia ahí esa?
Su celular sonó con “Womanizer”. Inmediatamente lo sacó y contesto para no llamar la atención de Valentina.
-¿Hola?
-¡Hola nenita!
-¡Daniela!
-¿Por qué hablas bajito?
-Luego te explico.
-Bueno pues ya llegamos ¿tu donde estas?
-También ya llegue. Nos vemos en la fuente.
-Okis, nos vemos.
Regina se arrastro entre la ropa y logro salir sin llamar la atención de Valentina. Camino hacia la fuente para encontrarse con el grupo de chicas más superficiales de la ciudad.
Ahí estaban las cuatro chicas, todas posando como para una fotografía. Lo cierto era que esas cuatro chicas eran demasiado superficiales. Daniela la vio y sonrió, se acerco unos pasos y sus clones la siguieron.
-¡Holaaa!—saludo Daniela. Y después de ella también lo hicieron las otras tres chicas a coro.
Cada chica saludó con 2 besos en la mejilla.
-¿Qué onda reina?
-No saben lo que acaba de pasarme…
Las chicas se sentaron en una banca. Si había algo a lo que ese grupo no podía resistir eran las pláticas que involucraran chismes, secretos o conflictos que luego ellas pudieran convertir en chismes.
-Acabo de ver a una tipa que me quiere bajar a Mike.
Las chicas se voltearon a ver unas a las otras.
-¿Eh? Nena explícate—pidió Mariana.
-Miren, ayer antes de la fogata Mike y yo nos íbamos a ver y el idiota llego 55 minutos tarde. Además, llego con la camiseta llena de manchas rosas de helado y me conto que en la heladería donde trabaja Mayte había conocido a una chica, “Valentina”, que según se conocieron porque “sin querer” ella le mancho la camiseta y él a ella, y que la habían invitado a la fogata.
Las chicas escuchaban atentas pero estaban confundidas.
-¿Y?—pregunto otra de las chicas, la más callada. Isabel.
-¿Tú de verdad crees que fue un accidente? Obvio no la tipa esa lo hizo para tener pretexto y hablar con él.
-¿Y dices que la acabas de ver?
-Sí, en la boutique...
Daniela empezó a maquinar una serie de planes malvados. No es que Regina fuera de verdad su amiga, no es que le interesara que la chica esa quisiera bajarle el novio. Lo que Daniela quería era molestar a Valentina y fingir que era una buena amiga.
Regina estaba en una tienda mirando las minifaldas, encontró una rosa muy bonita, se la probó. Le quedaba bien. Miro fijamente su imagen en el espejo. Ella era guapa, guapísima. Además tenía un cuerpo perfecto.
Regina estaba muy consciente de que era bonita y muchas veces se aprovechaba de ello. Nadie se resistía a su cara angelical y si eso no funcionaba una mirada un poco más provocativa lo arreglaba todo.
Salió del probador, definitivamente la compraría, aunque necesitaba una blusa para hacerle juego. La compro y se dirigió a otra tienda.
Miraba por aquí y por allá. Quedo impactada, pero no por una blusa.
Valentina estaba ahí, también mirando las blusas. Regina se agacho y se escondió entre la ropa. ¿Qué hacia ahí esa?
Su celular sonó con “Womanizer”. Inmediatamente lo sacó y contesto para no llamar la atención de Valentina.
-¿Hola?
-¡Hola nenita!
-¡Daniela!
-¿Por qué hablas bajito?
-Luego te explico.
-Bueno pues ya llegamos ¿tu donde estas?
-También ya llegue. Nos vemos en la fuente.
-Okis, nos vemos.
Regina se arrastro entre la ropa y logro salir sin llamar la atención de Valentina. Camino hacia la fuente para encontrarse con el grupo de chicas más superficiales de la ciudad.
Ahí estaban las cuatro chicas, todas posando como para una fotografía. Lo cierto era que esas cuatro chicas eran demasiado superficiales. Daniela la vio y sonrió, se acerco unos pasos y sus clones la siguieron.
-¡Holaaa!—saludo Daniela. Y después de ella también lo hicieron las otras tres chicas a coro.
Cada chica saludó con 2 besos en la mejilla.
-¿Qué onda reina?
-No saben lo que acaba de pasarme…
Las chicas se sentaron en una banca. Si había algo a lo que ese grupo no podía resistir eran las pláticas que involucraran chismes, secretos o conflictos que luego ellas pudieran convertir en chismes.
-Acabo de ver a una tipa que me quiere bajar a Mike.
Las chicas se voltearon a ver unas a las otras.
-¿Eh? Nena explícate—pidió Mariana.
-Miren, ayer antes de la fogata Mike y yo nos íbamos a ver y el idiota llego 55 minutos tarde. Además, llego con la camiseta llena de manchas rosas de helado y me conto que en la heladería donde trabaja Mayte había conocido a una chica, “Valentina”, que según se conocieron porque “sin querer” ella le mancho la camiseta y él a ella, y que la habían invitado a la fogata.
Las chicas escuchaban atentas pero estaban confundidas.
-¿Y?—pregunto otra de las chicas, la más callada. Isabel.
-¿Tú de verdad crees que fue un accidente? Obvio no la tipa esa lo hizo para tener pretexto y hablar con él.
-¿Y dices que la acabas de ver?
-Sí, en la boutique...
Daniela empezó a maquinar una serie de planes malvados. No es que Regina fuera de verdad su amiga, no es que le interesara que la chica esa quisiera bajarle el novio. Lo que Daniela quería era molestar a Valentina y fingir que era una buena amiga.
30 de septiembre de 2010
Las intenciones ocultas
Cap. #8
Pato alcanzó a ver a May en la puerta del refugio. El jamás entendió porque a ella le gustaba trabajar ahí. Bueno ni siquiera trabajaba porque no le pagaban, más bien ella estaba de voluntaria para ayudar a su hermano que sí trabajaba ahí.
Entro a el lugar esperando no tener que permanecer mucho tiempo ahí. El olor de pelo de animales junto con el champú para perros le provocaron nauseas. El odiaba a los animales, solo le gustaban los gatos y el perro de su hermanita, pero de ahí en fuera los animales le aburrían.
Su amiga lo saludo desde el mostrador donde atendía a un niño. El se acerco un poco más.
-Puedes poner el anuncio en ese pizarrón de ahí. Te llamaremos si hay alguna novedad—le decía May al niño en un tono muy tierno—No te preocupes, seguramente encontraremos a “Yakiow”.
El chico obedeció y fue a colocar el anuncio de su perro perdido donde le había dicho May.
-Hola—saludo ella y le dio un beso en la mejilla.
-Hola.
-¿Y para que querías verme?
-Para nada en especial. Eres mi amiga y me gusta pasar tiempo con tigo.
May sospecho aun más de sus intenciones. Necesitaría paciencia si quería averiguar qué es lo que quería.
-Hola Patrick—saludo un chico desde la puerta de la bodega. El hermano de May.
-Hola Andrés ¿Qué cuentas?
-No mucho. ¿Y tú qué haces aquí?
-Pues realmente no lo sé.
-¡Ah! Ok.
May archivaba papeles mientras Pato se dedicaba a ver a los cachorros. Empezaron una conversación sin importancia, cosas triviales. Ambos se sentían ansiosos, May quería saber porque Pato estaba ahí y él quería saber algo más. Patrick era un chico directo, se decidió a empezar él.
-¿Y qué onda con Valentina y Leo? ¿De dónde los conoces?
-Los conocimos Mike y yo ayer en la heladería.
-¿Cómo fue eso?—pregunto él tratando de no parecer interesado. ¿Mike la conoce?
-Fue algo muy cómico. Yo estaba atendí a Mike y llego Valentina, pidió un helado de fresa. Mike sin querer ensucio la blusa de Valen con el helado y ella la playera de él. Fue muy gracioso ¿Qué crees que hizo Mike cuando ella le dijo?
-¿Qué? ¿Se enojo?
-Para nada, lo tomo con mucho humor. Tomo el helado y empezó a ensuciarse todo—ella rio al recordar la escena.— Y ella hizo lo mismo.
-¡Oh!—Patrick no sabía que decir. Mike no le conto que ya la conocía—Y ¿Qué onda con Leo?
-Bueno nos quedamos platicando un rato y luego Mike se tuvo que ir, entonces nos quedamos solas ella y yo. De repente ella se paro y empezó a seguir a un chavo, no sé qué paso pero luego regreso con él y seguimos platicando.
-Curioso ¿y porque decidiste invitarla?
-¿Estuvo mal?
-No, no, no. Solo pregunto.
-Pues me pareció una chica muy buena, y además, como va a entrar a la misma prepa que nosotros pensé que querría conocer a alguien…
-Que buena eres…
-Y por cierto ¿a qué prepa te vas tú?
Patrick no había decidido aun. La imagen de la castaña hermosa le vino a la cabeza. Mike, May, Regina, Daniela, Kika, Valentina y Leo irían al CUE. Valentina iría al CUE. La mayoría de sus amigos irían al CUE. Valentina iría al CUE. Inútil.
May lo observaba curiosa. El por fin respondió.
-Al CUE…
-¿De verdad? ¡Genial! ¿Cuándo lo decidiste?
-No hace mucho.
-¿Y por qué?
-No lo sé.
Aunque si lo sabía. Ni él mismo entendía porque tanto interés. El jamás aceptaría que el motivo era una chica, una chica que hasta ese momento no conocía mucho.
Pato alcanzó a ver a May en la puerta del refugio. El jamás entendió porque a ella le gustaba trabajar ahí. Bueno ni siquiera trabajaba porque no le pagaban, más bien ella estaba de voluntaria para ayudar a su hermano que sí trabajaba ahí.
Entro a el lugar esperando no tener que permanecer mucho tiempo ahí. El olor de pelo de animales junto con el champú para perros le provocaron nauseas. El odiaba a los animales, solo le gustaban los gatos y el perro de su hermanita, pero de ahí en fuera los animales le aburrían.
Su amiga lo saludo desde el mostrador donde atendía a un niño. El se acerco un poco más.
-Puedes poner el anuncio en ese pizarrón de ahí. Te llamaremos si hay alguna novedad—le decía May al niño en un tono muy tierno—No te preocupes, seguramente encontraremos a “Yakiow”.
El chico obedeció y fue a colocar el anuncio de su perro perdido donde le había dicho May.
-Hola—saludo ella y le dio un beso en la mejilla.
-Hola.
-¿Y para que querías verme?
-Para nada en especial. Eres mi amiga y me gusta pasar tiempo con tigo.
May sospecho aun más de sus intenciones. Necesitaría paciencia si quería averiguar qué es lo que quería.
-Hola Patrick—saludo un chico desde la puerta de la bodega. El hermano de May.
-Hola Andrés ¿Qué cuentas?
-No mucho. ¿Y tú qué haces aquí?
-Pues realmente no lo sé.
-¡Ah! Ok.
May archivaba papeles mientras Pato se dedicaba a ver a los cachorros. Empezaron una conversación sin importancia, cosas triviales. Ambos se sentían ansiosos, May quería saber porque Pato estaba ahí y él quería saber algo más. Patrick era un chico directo, se decidió a empezar él.
-¿Y qué onda con Valentina y Leo? ¿De dónde los conoces?
-Los conocimos Mike y yo ayer en la heladería.
-¿Cómo fue eso?—pregunto él tratando de no parecer interesado. ¿Mike la conoce?
-Fue algo muy cómico. Yo estaba atendí a Mike y llego Valentina, pidió un helado de fresa. Mike sin querer ensucio la blusa de Valen con el helado y ella la playera de él. Fue muy gracioso ¿Qué crees que hizo Mike cuando ella le dijo?
-¿Qué? ¿Se enojo?
-Para nada, lo tomo con mucho humor. Tomo el helado y empezó a ensuciarse todo—ella rio al recordar la escena.— Y ella hizo lo mismo.
-¡Oh!—Patrick no sabía que decir. Mike no le conto que ya la conocía—Y ¿Qué onda con Leo?
-Bueno nos quedamos platicando un rato y luego Mike se tuvo que ir, entonces nos quedamos solas ella y yo. De repente ella se paro y empezó a seguir a un chavo, no sé qué paso pero luego regreso con él y seguimos platicando.
-Curioso ¿y porque decidiste invitarla?
-¿Estuvo mal?
-No, no, no. Solo pregunto.
-Pues me pareció una chica muy buena, y además, como va a entrar a la misma prepa que nosotros pensé que querría conocer a alguien…
-Que buena eres…
-Y por cierto ¿a qué prepa te vas tú?
Patrick no había decidido aun. La imagen de la castaña hermosa le vino a la cabeza. Mike, May, Regina, Daniela, Kika, Valentina y Leo irían al CUE. Valentina iría al CUE. La mayoría de sus amigos irían al CUE. Valentina iría al CUE. Inútil.
May lo observaba curiosa. El por fin respondió.
-Al CUE…
-¿De verdad? ¡Genial! ¿Cuándo lo decidiste?
-No hace mucho.
-¿Y por qué?
-No lo sé.
Aunque si lo sabía. Ni él mismo entendía porque tanto interés. El jamás aceptaría que el motivo era una chica, una chica que hasta ese momento no conocía mucho.
25 de septiembre de 2010
Al siguiente día...
Cap. #7
Valentina despertó de una pesadilla muy temprano. No era en realidad una pesadilla era más bien un hermoso sueño que dolía. Obviamente no fue buena idea cantar “Noviembre sin ti” la noche anterior. Esa canción significaba mucho para ella, esa era “su canción”.
Sin embargo haberla cantado fue como soltar una carga. No se sentía bien pero tampoco mal. Definitivamente dolía pero no tanto. En lugar de soltar lágrimas se permitió una pequeña sonrisa. Un lindo sueño, uno que lastimaba pero ya no podía seguir sufriendo por Él.
Se metió a bañar para olvidarse del sueño. En ese mismo instante en otra casa no muy lejos de ahí.
Patrick despertó y lo primero que vino a su mente fue “Noviembre sin ti” bueno no la canción exactamente, más bien Valentina cantándola. Se reprendió a él mismo por no haber dejado de pensar en ella en toda la noche.
Cuando llego a su casa, después de la despedida, se acostó y empezó a recordar lo ocurrido en la noche. Sebas cantando como siempre, Mike “el rey”, Regina de amargada, Kika molestando… y Valentina. Valentina.
La canción obviamente significaba algo importante para ella. La canto con mucho sentimiento, cada palabra que pronunciaba iba cargada de un momento importante.
¿Por qué pensaba tanto en ella? Si era guapa. Y aunque la conocía poco ella parecía ser simpática. Y cantaba tan bien.
¡Basta de ella! Patrick prendió la computadora y puso música para distraerse. Empezó a acomodar sus archivos y a eliminar cosas innecesarias. “Noviembre sin ti” sonó en la computadora. ¡Qué mala broma! ¡Qué mal chiste!
Patrick entendió que era inútil tratar de distraerse y decidió hacer algo que ni el mismo entendía los motivos. Saco su móvil y empezó a buscar entre sus contactos a su amiga de la vida.
Mike no se sentía bien. Le dolía un montón la cabeza por la discusión de la noche anterior. Regina estaba insoportable últimamente. Se enojaba por cualquier cosa que él hiciera. Y no solo con él sino con todos.
Hace 2 semanas se enojo con May porque ella se compro la misma blusa que ella tenía. Con Kika se enojo porque sin querer la ensucio con arena en la playa. Con Pato… ¿con el por qué cosa no se enoja? Se la vive enojada con él, sin razón.
Regina cambio mucho cuando empezó a juntarse con Daniela y sus taradas seguidoras. Si de por sí era una malcriada…
Daniela también había cambiado. ¿Cómo alguien puede pasar de ser una lindísima chica a ser una frívola y egoísta?
De cualquier modo Mike quería demasiado a Regina. Y él creía que el mal genio se le pasaría. Seguro que sí.
Lo que le esperaba con la llegada de la nueva chica no era nada bueno para su relación con Regina.
Cerca de la plaza principal May caminaba tranquila hacia el refugio. “I like it” sonó en su bolsa. Checo el número antes de contestar.
-Hola Pato.
-Hola May ¿Qué haces?
-Voy camino al refugio ¿y tú qué haciendo?
-Yo estoy aquí de ocioso.
-Sí eso ya lo sabía.
-Bueno llamaba porque quería verte.
Eso ya lo había escuchado muchas veces. Con esa frase Pato lograba que muchas cayeran rendidas a sus pies.
-Pato yo no soy tu ultimo ligue ¿Qué quieres?
-¡Auch! Eso dolió. De verdad quiero verte.
Si quería verla pero para conseguir un poco de información. Patrick se reprendía a sí mismo por los métodos.
-Pues yo tengo que ayudar en el refugio, así que no puedo verte hoy.
-¿Y si te ayudo?
Pato jamás se ofrecería a ayudarla en el refugio sin una buena razón. A Pato no le gustaban los animales. La curiosidad la mataba ¿Por qué se ofrecería Pato a hacer algo que no le gusta?
-Bueno, ¿nos vemos ahí?—pregunto él.
-Sí está bien—respondió ella confundida antes de colgar. Pero ¿qué es lo que quiere?
Regina saco otra falda de su armario. La miro fijamente antes de decidir que no servía. Tenía que salir de compras urgentemente. Las cosas que tenía ya eran de la temporada pasada. Saco una falda que le regalo su papá hace unas semanas y se la puso junto con una blusa que solo se había puesto una vez. Se miro al espejo: ¡horrible! ¡Ya qué!
Salió de casa sin desayunar. Había quedado de verse con Daniela, Andrea y Roxana en el centro comercial a las 2:00 pero no podía dejar que la vieran con esa ropa. Se dirigió hacia la plaza en donde se llevaría una gran sorpresa.
Valentina despertó de una pesadilla muy temprano. No era en realidad una pesadilla era más bien un hermoso sueño que dolía. Obviamente no fue buena idea cantar “Noviembre sin ti” la noche anterior. Esa canción significaba mucho para ella, esa era “su canción”.
Sin embargo haberla cantado fue como soltar una carga. No se sentía bien pero tampoco mal. Definitivamente dolía pero no tanto. En lugar de soltar lágrimas se permitió una pequeña sonrisa. Un lindo sueño, uno que lastimaba pero ya no podía seguir sufriendo por Él.
Se metió a bañar para olvidarse del sueño. En ese mismo instante en otra casa no muy lejos de ahí.
Patrick despertó y lo primero que vino a su mente fue “Noviembre sin ti” bueno no la canción exactamente, más bien Valentina cantándola. Se reprendió a él mismo por no haber dejado de pensar en ella en toda la noche.
Cuando llego a su casa, después de la despedida, se acostó y empezó a recordar lo ocurrido en la noche. Sebas cantando como siempre, Mike “el rey”, Regina de amargada, Kika molestando… y Valentina. Valentina.
La canción obviamente significaba algo importante para ella. La canto con mucho sentimiento, cada palabra que pronunciaba iba cargada de un momento importante.
¿Por qué pensaba tanto en ella? Si era guapa. Y aunque la conocía poco ella parecía ser simpática. Y cantaba tan bien.
¡Basta de ella! Patrick prendió la computadora y puso música para distraerse. Empezó a acomodar sus archivos y a eliminar cosas innecesarias. “Noviembre sin ti” sonó en la computadora. ¡Qué mala broma! ¡Qué mal chiste!
Patrick entendió que era inútil tratar de distraerse y decidió hacer algo que ni el mismo entendía los motivos. Saco su móvil y empezó a buscar entre sus contactos a su amiga de la vida.
Mike no se sentía bien. Le dolía un montón la cabeza por la discusión de la noche anterior. Regina estaba insoportable últimamente. Se enojaba por cualquier cosa que él hiciera. Y no solo con él sino con todos.
Hace 2 semanas se enojo con May porque ella se compro la misma blusa que ella tenía. Con Kika se enojo porque sin querer la ensucio con arena en la playa. Con Pato… ¿con el por qué cosa no se enoja? Se la vive enojada con él, sin razón.
Regina cambio mucho cuando empezó a juntarse con Daniela y sus taradas seguidoras. Si de por sí era una malcriada…
Daniela también había cambiado. ¿Cómo alguien puede pasar de ser una lindísima chica a ser una frívola y egoísta?
De cualquier modo Mike quería demasiado a Regina. Y él creía que el mal genio se le pasaría. Seguro que sí.
Lo que le esperaba con la llegada de la nueva chica no era nada bueno para su relación con Regina.
Cerca de la plaza principal May caminaba tranquila hacia el refugio. “I like it” sonó en su bolsa. Checo el número antes de contestar.
-Hola Pato.
-Hola May ¿Qué haces?
-Voy camino al refugio ¿y tú qué haciendo?
-Yo estoy aquí de ocioso.
-Sí eso ya lo sabía.
-Bueno llamaba porque quería verte.
Eso ya lo había escuchado muchas veces. Con esa frase Pato lograba que muchas cayeran rendidas a sus pies.
-Pato yo no soy tu ultimo ligue ¿Qué quieres?
-¡Auch! Eso dolió. De verdad quiero verte.
Si quería verla pero para conseguir un poco de información. Patrick se reprendía a sí mismo por los métodos.
-Pues yo tengo que ayudar en el refugio, así que no puedo verte hoy.
-¿Y si te ayudo?
Pato jamás se ofrecería a ayudarla en el refugio sin una buena razón. A Pato no le gustaban los animales. La curiosidad la mataba ¿Por qué se ofrecería Pato a hacer algo que no le gusta?
-Bueno, ¿nos vemos ahí?—pregunto él.
-Sí está bien—respondió ella confundida antes de colgar. Pero ¿qué es lo que quiere?
Regina saco otra falda de su armario. La miro fijamente antes de decidir que no servía. Tenía que salir de compras urgentemente. Las cosas que tenía ya eran de la temporada pasada. Saco una falda que le regalo su papá hace unas semanas y se la puso junto con una blusa que solo se había puesto una vez. Se miro al espejo: ¡horrible! ¡Ya qué!
Salió de casa sin desayunar. Había quedado de verse con Daniela, Andrea y Roxana en el centro comercial a las 2:00 pero no podía dejar que la vieran con esa ropa. Se dirigió hacia la plaza en donde se llevaría una gran sorpresa.
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