28 de agosto de 2010

Los pensamientos

Cap.#5
Leo acompaño a Valentina a su nueva casa y luego se despidió. Ella subió veloz por las escaleras.

Su recamara. Ese lugar no parecía su recamara. Lo único que decoraba la pared era una fotografía de unos caballos. Caballos, el único animal que le desagradaba. Además de eso las paredes eran de un “verde agua” el color que le provocaban nauseas a Valen. ¡Esa no era su recamara! No así.

Pensó en un montón de cosas para arreglarla: cambiaría el color de las paredes, llamaría a su mamá para que le mandara un par de cosas que había dejado en su cuarto para decorar, etc. El tiempo se paso volando para Valen y recordó la fogata cuando miró el horrible reloj de la pared. Cinco para las seis.

Tomo su “cuaderno confidente” y escribió con detalles lo que le había ocurrido en el día. Escribió sobre su encuentro con el guapo Mike, Mayte la chica tímida de la heladería y la sorpresa de saber que su amigo del alma Leo estudiaría con ella ahí. ¡Ah! Un excelente día, un gran comienzo.


Seis treinta. Valentina volvió a guardar su “cuaderno confidente” y empezó a dar vuelas por la habitación porque estaba nerviosa. Corrió al baño y se bañó por segunda vez en el día. Se puso los shorts y una blusa morada.

A todo esto ¿Dónde era la dichosa fogata? Tomo su móvil y busco entre los números: Mike. “¿Le llamo?” “Mejor no.” “¿Y por qué no?” “Mejor a May” “¡Eres una cobarde Valentina!” Se decidió cuando volvió a ver el reloj: cinco para las siete. ¡Ay!

-¿Quién?—contesto una voz femenina, parecía un poco molesta. ¿Le habrá dado el número mal?
-Lo siento creo que estoy equivocada.

“Regina dame el móvil. ¿Quién es?” Se escucho una voz de hombre al fondo.
“Esa es mi pregunta ¿Quién es ella?”
“Dame el móvil y te lo digo” “¡Que me lo des! ¡REGINA!”

-¿Hola?
-¿Mike?
-¡Valentina! Lo siento… eh… yo… ella… tú…

-¿Eh? No importa, creo que no debí haber llamado. A dios.
-¡ESPERA! ¡No cuelgues! ¿Qué pasó?
-Nada. Solo llamaba para… ¡qué pena! mejor le llamo a Mayte.

“Miguel o me dices quien es ella o te juro que…”

-¡A dios!—dijo Valen antes de colgar.

Se quedo inmóvil. Sentía mucha pena. Seguramente ella era su novia. Novia. Su novia. Novia de Mike… ¿Le molestaba eso? No le molestaba.

“Alejandro” interrumpió sus pensamientos. Valentina aventó el móvil asustada, afortunadamente cayó en la cama. Vio el número antes de contestar: Mayte. Se disculpo por no decirle a Valen en donde era la fogata, también le dijo que se había equivocado en la hora y que sería hasta las 8:00 y se ofreció a ir por ella para que no se perdiera.



En una playa cerca de la nueva casa de Valentina. Una joven pareja discutía a gritos.

-Rebeca ya te dije que…
-¿Crees que me voy a creer que la conociste hoy? ¿Por qué te llama al celular?


-¡Que si la conocí hoy! Mayte te lo puede decir, yo estaba con ella.
-¿Y qué haces con Mayte?


-¡Yo estaba en el centro comercial comprándote esto!—contesto él señalando la bolsa de regalo que ella tenía en la mano.
-¿Y qué tiene que ver la dichosa Valentina?

-Después pasé a comprar un helado y Mayte me la presento—mintió él.
-¿Para qué te la presentó? ¿Le dijiste que tienes novia? ¡Seguro lo que esa quiere es un ratito con tigo!


-¡Estás loca!

¿Le dijo loca? ¿Loca? ¿Su novio le había dicho loca?
Había muchas cosas que ella simple y sencillamente no soportaba. Ese día el ya había tenido que tolerar 3.


1. La impuntualidad. Mike llego 55 minutos tarde.
2. Las “amiguitas” de Mike.
3. ¡Que Mike la insultara!

Regina arrojó al suelo la bolsa que tenía en la mano y corrió a toda prisa. Eso no se lo perdonaría tan fácil a Mike.


El chico recogió la bolsa que le acababa de dar a su novia. Regina era una ingrata, él le compra la pulsera que ella quería y se lo agradece haciéndole una escenita de celos y tirando su regalo.


Le vino a la cabeza la chica que conoció en el centro comercial, Valentina. Ella no se parecía ni un poco a Regina. Aunque apenas la conocía ella se veía mucho mejor persona.


¿Por qué pensaba tanto en ella?