21 de enero de 2011

¿Podría acompañarte un rato?

Capitulo 13 parte 3
Valentina caminaba por afuera de la plaza rogando que estuviera en el lugar correcto. Quería llegar antes para echar un vistazo al lugar, a pesar de llagar una hora antes de lo acordado. Seguía caminando y planeaba preguntarle a alguien si estaba en el lugar correcto.

Vio a una mujer embarazada y a su esposo que parecía tener urgencia por comer algo. Una señora con un bebe llorando y una niña pequeña intentando llamar su atención. Dos jóvenes besándose que por algún motivo la molestaron. Y… a un chico, uno guapo y… conocido. Se acerco a saludar.


Se habían quedado de ver en la plaza principal. Se sentó en una banca junto a la fuente a esperar. Había llegado casi 2 horas antes, por supuesto los nervios. Inhalo profundamente en un intento de tranquilizarse. Inhalo, mantuvo el aire 10 segundos, soltó contando hasta 10. Inhalo, mantuvo el aire 14 segundos, soltó contando hasta 14. Inhalo, mantuvo el aire 2 segundos y soltó de golpe al ver a La hermosa chica acercarse.


-¡Hey! ¡Mike!
-¡Valentina!


-¿Cómo estás?—besos en las mejillas.
-Bien ¿y tú?


-Perdida—Valentina soltó una risa.
-¿En serio?
-Algo así, no logro ubicarme por aquí. Pero estoy bien.
-Que bien. ¿Y qué haces por aquí?


-Vine a hacer unas compras—dijo cautelosa. Mike no estaba con Mayte y Patrick entonces no sabía del plan— ¿y tú?
-Quede de ver aquí a alguien, aunque creo que llegue muy temprano.


-¿En serio? ¿Por cuánto?
-Una hora más o menos—mintió.
-Hum… ¿tu novia?
-Sí, Regina. ¿Cómo supiste?


Ella hacía lo mismo. Llegar muchísimo tiempo antes, para esperar a… a…Alexander.


-Solo adivine—soltó una risita. Ambos rieron.


La presencia de Valentina tranquilizaba a Mike. Era como una medicina relajante. Verla, ver su sonrisa, su belleza natural, tan diferente a la de Regina, lo hacía sonreír.


En ella había un sentimiento similar, él le provocaba tranquilidad.


-Valentina ¿te puedo pedir un favor?—la pregunta tomo desprevenida a Valentina.
-Sí, supongo.
-¿Podría acompañarte un rato?


A pesar de que Valentina no entendía el porqué, su respuesta fue afirmativa.


-Sí, creo que sí. Si no te molesta caminar mucho—risas.
-No te preocupes, lo que quiero es matar el tiempo.
-Pues vamos.


Ambos caminaron hacia dentro del lugar. Platicaban y se reían. Se conocían un poco más. No hicieron nada más que disfrutar de la presencia del otro. Cualquiera que los viera pensaría que eran una pareja de jóvenes enamorados. Y eso pensaban, no solo gente desconocida y turistas, también un par de ojos muy curiosos y maliciosos observaban.